El seguro de responsabilidad civil es obligatorio por ley, ya que el motorista, al realizar la acción de conducir un vehículo motorizado de mucha potencia, puede causar daños a terceras personas o a sus bienes materiales al producir un accidente, ya sea por negligencia, omisión o acción y el causante deberá reponer e indemnizar a los damnificados todos los daños creados por el siniestro.

Por ese motivo, un motorista no debería arriesgarse a circular con una moto con el seguro prescrito, ni siquiera a darle la vuelta a la manzana, pues podría complicarse el resto de su vida por la insensatez.

Los accidentes no solo ocurren en carretera, sino que en la ciudad, los peatones suelen sufrir muchos atropellos y es la primera causa de muerte por accidente automovilístico en zona urbana. Las motos pueden causar estos atropellos, aunque vayan a poca velocidad, pues algunas veces, los peatones a pie son impredecibles y no hay que olvidar que en la mayoría de los lugares, ellos son los que tienen la prioridad.

En caso de que el seguro haya prescrito y surgiera un accidente de atropello, el conductor de la moto, se tendría que hacer responsable del costo de la atención médica, de la indemnización a la persona a la que le ha causado el daño y además de la multa que conllevará la sanción que le imponga la ley e incluso podrá pagar pena de cárcel si así fuera la orden del juez.

Hay que recordar que cualquier accidente por más pequeño que sea, conllevará unos costes muy alto y es por seguro que marcará o endeudará al causante de por vida. Esto vale tanto para quien carece de seguro como para quien le haya prescrito, pues, la compañía, en caso de no tener la cantidad abonada del seguro, se lavará las manos y no se hará responsable.